El gateo es el resultado de una evolución en el control del cuerpo. Es un movimiento armónico, simetrico y coordinado.
Cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo en el que influyen diversos factores como peso, predisposición genetica o fuerza muscular. Debemos darle tiempo y estimularle ofreciendole la posibilidad física y las condiciones de espacio para que pueda practicarlo y desarrollarlo. Este proceso se puede promedio está entre los 6 y los 12 meses de edad.
Son muchas las razones por las que debemos fofomentar el gateo, es una etapa muy importante en su desarrollo evolutivo que le va a permtir adquirir autonomía, además de fortalecer sus extremidades, cuello, espalda y articulaciones, desarrolla sus sentidos, le permite conocer su cuerpo, le ayuda a desarrollar su autoestima. Además, aporta beneficios a nivel neurológico, motor, sensitivo, anatómico y de autonomía, en concreto:
- Conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información neurológica entre los dos hemisferios, que sirven para crear las bases de las funciones superiores de movimiento y son precursoras de conexiones que servirán para crear nuevas conxiones entre los dos hemisferios y que son cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
- Desarrolla el patrón cruzado. Este patrón es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y en equilibrio del cuerpo. Esto implica que el brazo derecho sincronice con el pie izquierdo y viceversa.
- Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber donde están las partes de su cuerpo. Por un lado el sistema vestibular activa la emisión de señales de los dos laberintos del oido al cerebelo para que el cerebro sepa en que posición está la cabeza y le sirva de referencia respecto a la posición del cuerpo. Y el propioceptivo consiste en saber donde está cada uno de los puntos de su cuerpo, lo que le permite mandar órdenes precisas a cada uno de ellos y llegar a moverlo de forma armónica y rítmica.
- Desarrolla la convergencia visual y posibilita el enfoque de los ojos, lo que facilita la acomodación visual. Se sabe por estudios optométricos que el gateoinfluye bastante en evitar problemas visuales en el futuro.
- Desarrolla la oposición cortical. En el gateo, la cabeza está en un plano y la palma de la mano en otro. El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto es fundamental para desarrollar la oposición cortical, esto es, que el dedo gordo de la mano se opone a los cuatro dedos.
- Ayuda a establecer la lateralización. Esto significa que uno de los hemisferios se convierte en dominante y el otro en servidor. Al conectar los dos hemisferios gracias al gateo se facilita acudir más rápidamente a funciones más complejas que requieren de ambos hemisferios.
- Facilita el aprendizaje de la lecto-escritura. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.
- Permite determinar el espacio que le rodea, con lo que obtiene información del ambiente que le permitirá ejecutar una interacción social.
- Proporciona al niño mayor capacidad respiratoria, que aumenta la oxigenación de su cerebro y facilita sus primeros balbuceos.
- Desarrolla la percepción temporal y espacial, al descubrir con su cuerpo los conceptos de velocidad y distancia.
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